Del libro “El proceso creativo en la terapia gestáltica” de Joseph Zinker
Dentro de la terapia gestáltica, nosotros los terapeutas usamos nuestra creatividad para realizar algunas actividades, ejercicios o dinámicas para que el paciente contacte, se dé cuenta de sus actos y tome conciencia de ellos para la mejor de las acciones.
La creatividad está en cada uno de nosotros, sin ella no podríamos sobrevivir a cuántas experiencias se nos presenta. Una persona sin creatividad, es una persona sin vida. ¿Cuántas veces has hecho algo creativo para salir de alguna situación o resolver algo que se te presenta?
Muchas veces creía que una persona creativa tenía que ver más con “crear”, sin embargo, hoy me doy cuenta que la creatividad tiene que ver con resolver problemas que se nos presenten o para darle una chispa a lo que realizamos.
El libro de Joseph Zinker, es un panorama de posibilidades, un libro escrito para nosotros los terapeutas (y en general para el público) para tomar consciencia de nuestro trabajo, el uso de nuestra creatividad y algunos experimentos.
El libro comienza diciendo unas frases que me encantaron que a continuación redacto:
“La creatividad es la celebración de nuestra propia grandeza, el sentimiento de que podemos hacer cualquier cosa se vuelva posible. Es una celebración de la vida, mi celebración de la vida. Es una afirmación ardiente: ¡Estoy aquí! ¡Amo la vida! ¡Me amo! ¡Puedo hacerlo todo!”.
“La creatividad es el acto mismo… es la expresión de la presencia de Dios en mis manos, ojos, cerebro: en todo mi ser… es la ruptura de límites… es un acto de valentía. Establece: Estoy dispuesto a arriesgarme al ridículo y al fracaso para poder experimentar este día con novedad y frescura. Aquel que se atreve a crear, a trasponer límites, no sólo participa de un milagro, sino que llega además a descubrir que en su proceso de ser, él es un milagro”.
Aspectos de la terapia creativa (dedicado a mis colegas terapeutas):
La terapia es el proceso de cambiar la toma de conciencia y la conducta. La condición sine qua non del proceso creativo es el cambio: la transmutación de una forma en otra, de un símbolo en un insight, de un gesto en un nuevo conjunto de comportamientos, de un sueño en una representación dramática. De este modo la creatividad y la psicoterapia se interconectan en un nivel fundamental: la transformación, la metamorfosis, el cambio.
La terapia es un encuentro amoroso, donde dejamos que el otro sea. El amor desinteresado del terapeuta engendra confianza, el terapeuta debe actuar con amor a su cliente (háblese del amor, como una muestra de respeto, comprensión, escucha, ayuda al otro).
La terapia creativa no suprime los conflictos tal como un cirujano extirpa un tumor. Posibilita a la persona tomar contacto con la energía congelada en el conflicto y convertirla en disponible para la propia realización y la realización de la humanidad.
La terapia creativa trata a la persona como un medio artístico: a veces desalentador, adverso, empecinado, aburrido o abrasivo, y a menudo humilde e inspirado. El terapeuta creativo ve al cliente en su totalidad, su plasticidad y rigidez, brillantez y opacidad, fluidez y estancamiento, puntualidad cognitiva y pasión. El terapeuta creativo es un coreógrafo, un historiador, un fenomenólogo, un estudioso del cuerpo, un dramaturgo, un pensador, un teólogo, un visionario.
La terapia gestáltica es realmente un permiso para ser creativo, exuberante para experimentar alegría, para jugar con nuestras más bellas posibilidades durante nuestra breve vida.