Para muchas personas, ir a terapia psicológica es sinónimo de debilidad, de locura o enfermedad y no es así, convierte a una persona emocionalmente estable en la mayoría de los casos, adaptándose mejor a situaciones difíciles y brindando herramientas útiles para la vida diaria.
La terapia es un apoyo que brindan psicólogos y terapeutas capacitados para una mejor calidad de vida, así como los médicos y otros especialistas de la salud, los psicoterapeutas buscan mejorar la salud emocional y psíquica.
Algunos beneficios que brinda la terapia son:
- Ayuda a sentirnos mejor. Con nuestro entorno y nosotros mismos.
- Nos conocemos. A veces creemos conocernos, sin embargo, al encontrarnos en terapia, nos damos cuenta de cosas que teníamos escondidas, de nuestros miedos que nos limitan y de las potencialidades que desconocíamos tener.
- A escucharnos. Y escuchar nuestro cuerpo, de las señales que nos da éste. Aprendemos a escuchar nuestras necesidades, deseos, anhelos y metas, así como situaciones que nos molestan de nosotros mismos.
- Tomar decisiones. La toma de decisiones es uno de los puntos más importantes de nuestras vidas. Gracias a la toma de decisiones es cómo vamos dándole sentido a la vida y guiándola por el camino que nosotros hemos elegido.
- Nos brinda herramientas para mejorar conflictos. Además de percibir los conflictos de manera distinta, nos ayuda a adaptarnos a las circunstancias.
- Sanar viejas heridas. Heridas que hemos cargado con ellas desde hace mucho tiempo y no nos han permitido seguir adelante, pueden resolverse en sesiones de terapia.
- Aprendo a querernos. Lo más importante para la terapia es el amor propio, aceptarnos cómo somos, vivir en armonía
- Conectar con mente, cuerpo y espíritu. En terapia Gestalt se abarcan los tres aspectos, al ser una terapia humanista y con bases en varias ramas como el budismo zen, holismo, existencialismo, taoísmo, psicoanálisis, entre otros, busca desarrollar todas las potencialidades del ser humano.
- Hacernos cargo de nuestra vida y responsabilizarnos. Dejamos de culpabilizar a los demás de lo que nos sucede, nos empoderamos y responsabilizamos de nuestros actos. Nos damos cuenta, que, los únicos que tienen poder sobre nosotros, somos nosotros mismos.
Y recuerda, no es necesario pasar por una crisis emocional para asistir a terapia, podemos asistir a ella para conocernos más, apoyarnos en alguien para que nos ayude a ver lo que nosotros no vemos.