Mes: marzo 2025

La toma de decisiones desde la Terapia Gestalt: elegir es habitarse

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La toma de decisiones desde la Terapia Gestalt: elegir es habitarse

Tomar decisiones puede parecer, a simple vista, un acto racional: analizamos opciones, evaluamos pros y contras, y elegimos lo que “más conviene”. Sin embargo, desde una mirada Gestalt, decidir va mucho más allá de la lógica; es una experiencia profundamente emocional, corporal y existencial.

¿Qué significa tomar decisiones en Gestalt?

La Terapia Gestalt se centra en el “aquí y ahora”, en la conciencia del momento presente, y en la responsabilidad personal. En este enfoque, una decisión no se toma desde la mente separada del cuerpo y las emociones, sino desde la integración de todo lo que somos.

Elegir implica detenerse, sentir, reconocerse, y asumir que toda elección implica una renuncia. Pero también implica confiar en que yo soy la persona adecuada para elegir mi propio camino.

Decidir desde el contacto con uno mismo

Muchas veces postergamos decisiones importantes porque estamos desconectados de lo que realmente sentimos. Nos llenamos de “debería” y de voces externas que nos dicen qué camino tomar.

Desde la Gestalt, el primer paso es volver al contacto. ¿Qué siento cuando pienso en esta decisión? ¿Dónde lo siento en mi cuerpo? ¿Qué emoción aparece? Este proceso permite identificar si estoy actuando desde el miedo, la lealtad, la costumbre o el deseo genuino.

La trampa de la decisión “correcta”

Uno de los bloqueos más comunes al momento de decidir es la búsqueda de la opción perfecta. Pero en Gestalt no existe una decisión correcta en términos absolutos, sino una elección que sea coherente con lo que estoy viviendo ahora.

Esto no quiere decir que no nos equivoquemos, sino que toda experiencia es válida y tiene algo que enseñarnos. En palabras de Fritz Perls: “No hay errores, solo aprendizajes”.

Elegir es hacerse cargo

Cada vez que tomamos una decisión desde la conciencia, estamos ejerciendo nuestra responsabilidad personal. No responsabilidad como culpa, sino como la habilidad de responder desde nuestra verdad.

Esto requiere valentía, porque decidir también es renunciar. A veces, al elegir, perdemos una parte del camino o dejamos atrás una zona segura. Pero también ganamos libertad, dirección y conexión con lo que realmente importa.


Elegir es vivir

En Gestalt, tomamos las decisiones no como un destino final, sino como un proceso vivo que nos transforma. Siempre podemos revisar, reencauzar o incluso volver a elegir.

La decisión no está en la mente, está en el cuerpo, en el corazón, y en nuestra capacidad de estar presentes.

Y tú, en este momento de tu vida… ¿qué estás eligiendo?